Etiquetas

martes, 1 de mayo de 2012

Un sueño algo especial...


Desperté con un sudor frío y llorando como un niño.

Me levanté, fui al baño, desayuné, leí las noticias por internet, escribí varios comentarios en FB, y un par de correos. Pero el recuerdo del sueño seguía ahí, con todo detalle, sin desvanecerse.

En el sueño, yo estaba recién casado con ella, la más bella, bella por dentro y bella por fuera, por fuera con unos ojos azules que sin gafas parecían verdes, por dentro con un alma que brillaba con luz turquesa y que sanaba de todo mal.

Pero la recién ganada felicidad se me negaba. Una brutal llamada de tráfico cegó todo mi futuro al cerrar del todo el suyo sin darme tiempo a decirle adiós.

En el sueño me tomaba unas cuantas pastillas y me metía en cama, llorando su ausencia como un niño, y como un niño llorando me había despertado esta mañana, con un sudor frío que aún sentía en el cuerpo.

Necesitaba concentrarme en algo que me quitase de la cabeza esos pensamientos tristes, así que me puse los inalámbricos, conecté el mejor jazz de mis listas, y me puse a practicar el zen. Primero fue el zen de lavar platos, en el que, además de la música, era uno con los platos, con el jabón, y con el movimiento circular de la mano derecha sobre los platos. Después fue el zen de pasar la escoba, consiguiendo la unidad de la escoba con las pelusillas del salón y llevando algunas de ellas a conseguir el satóri, porque hasta las pelusillas tienen esa opción en su existencia.

Cuando acabé de practicar el zen de estar por casa, me senté en el sofá a descansar un rato. Entonces sonó el teléfono móvil. Por un instante mis neuronas se miraron extrañadas, ¡no!, ¡imposible!. Pero era cierto, la llamada era de tráfico, y el mensaje brutal, igual que en el sueño, sin darme tiempo a decirle adiós.

Destrozado, llorando, chocando con las paredes y las puertas, fui hasta el cajón de las medicinas, me tomé unas cuantas pastillas, y me fui a la cama, deseando que todo fuese un sueño, como lo fue esta mañana.

Desperté con un sudor frío y llorando como un niño.

Me levanté, fui al baño, desayuné, leí las noticias por internet, escribí varios comentarios en FB, y un par de correos. Pero el recuerdo del sueño seguía ahí, con todo detalle, sin desvanecerse.

La sensación de deja vu era tan fuerte que además del sudor frío, empezaba a temblar pensando que estaba en un sueño dentro de un sueño dentro de un sueño dentro de..., y que no podría salir.

En mi mente se empezaba a formar una idea de cómo había sucedido todo, pero si esa idea era cierta, no había solución posible, y estaba condenado a perderla eternamente, a llorarla diariamente.

La noche anterior había estado chateando con un colega escritor, hablando de la obra de un genial y poco leído escritor, Stanislaw Lem, hablando de Solaris, su obra más conocida, y de los extraños y curiosos cuentos de Ciberíada, una obra que había leído hacía mucho, en la que, si mi memoria no me engañaba, había un relato sobre un armario en el que al entrar se viajaba a un universo inventado en el que había un armario en el que...

Me senté en el sofá cansado y algo mareado de las vueltas que daba esa historia en mi cabeza, sin saber qué hacer para romper ese círculo infernal. Entonces sonó el teléfono movil.

Por un instante pensé que si no lo cogía todo se arreglaría. Pero me sabía todas las películas de ese género, y no quería empeorarlo todo, no quería que se encendiese la tele y escuchar detalles del accidente ni ver imágenes, la llamada de tráfico sería brutal pero menos dolorosa.

Así que me puse el teléfono en la oreja derecha, pero temblaba tanto que tuve que dejarlo sobre la mesa y activar el manos libres, mis ojos picaban anticipando la noticia.

Desperté con un sudor frío y llorando como un niño. Ella estaba a mi lado, acariciándo mi cara, acariciando mi alma, amándome con la mirada.

No recuerdo haberme casado con ella, hace años que no la veo ni sé de ella, pero da igual, esta vez no voy a salir del sueño, aunque tenga que impedir que ella salga de casa, aunque debamos quedarnos ambos en casa por toda la eternidad.


10 comentarios:

  1. So far el que más me ha gustado de los que he leído.

    Intrigante y emocionante a partes iguales.

    Plas plas plas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias!
      Cada lector es una joya y cada comentario una estrella!

      Eliminar
  2. No sé si eras seguidor de perdidos (LOST) pero a mi siempre se me quedará en la mente aquel PUFF final que salía despues de ver el cliffhanger del capitulo, y que siempre "escucho" al ver cosas como Alias, o Fringe que son del mismo autor de la banda sonora...
    Pues al leer esto, no solo he sentido la identificación de ella, con MI ELLA :) si no que al final he "oido" ese PUFF al terminar de leerlo. Y me ha encantado.
    Siempre he sido fan de los viajes en el tiempo, las ucronías, utopías, crossover... y todo lo referente a rizar un rizo a romper la visión de una cinta de Moebius; relatos tales me dejan con ese sabor de boca, esa capacidad que algún día, con especia o sin ella, podramos doblar el tiempo a nuestro antojo. O quizás, siendo dístopicos, envolvernos sin saberlo en una pesadilla como cuando te lanzas a una piscina con una red que la cubre en temporada para no bañarse, que aquella cosa te envuelve como los tentáculos de un pulpo y no te deja salir vivo.
    Magnífico. Yo quiero ser como tú cuando sea adulto ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy encantado de que te haya encantado.

      Lo de ELLA, he intentado sugerirla más que definirla para que eso ayudase a que el lector pudiera hacerla suya.

      De tus adjetivos, me quedo con uno: la cinta de Moebius.

      Mejor que tu seas como tu y ella como ella que si eres como yo entonces a saber que piensa ella, porque igual tu ella no es como mi ella y si tu eres como yo igual se pira :-)

      Eliminar
  3. Filosofía Zen + Stanislav Lem en una sola pieza: superinteresantísimo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Debo decir que el kit-kat de platos y pelusillas fue "basado en hechos reales", la tensión de los párrafos anteriores me exigió esa especie de digresión.

      Eliminar
  4. Me ha gustado mucho, Quanta, sobre todo el final

    ResponderEliminar
  5. Vaya bucle de vertigo, eso sí, un final de lo más esperanzado, me guuuusta :DD
    Un besote cielo mio que eres un geniecillo en cualquier ambito que te precipites, ains.... si es que.....

    ResponderEliminar